Hay algo que empieza a transformarse en la terraza de Anna cada noche a las 20:00. Las luces bajan, el aire se vuelve más eléctrico y, poco a poco, la música comienza a llenar el espacio. No es una playlist ni un fondo cualquiera. Es la presencia de Martín, nuestro DJ chileno residente, quien —de martes a domingo, de 20:00 a 00:00— marca el pulso de nuestras noches.
Martín no es solo un DJ.
Es un tejedor de atmósferas, un narrador sonoro que entiende que la música tiene el poder de cambiarlo todo. Cada noche, su set se convierte en una experiencia que evoluciona en tiempo real: no hay repeticiones, no hay fórmulas. Solo una intuición aguda, una sensibilidad entrenada y una entrega absoluta a lo que sucede en el momento.
Su talento no está solo en la mezcla, sino en la lectura precisa del ambiente.
Observa, interpreta, y a partir de ahí crea. Esa capacidad de adaptarse y proponer nuevos caminos ha hecho que la terraza se convierta en un espacio vibrante, en constante movimiento, donde cada noche es distinta, incluso para quienes vienen seguido.
Música con intención, noches con alma
Martín ha logrado algo especial: que la música no sea solo acompañamiento, sino protagonista. Ha convertido el DJ set en un ritual que inicia cada noche con intención y estilo. Y por eso, quienes conocen la terraza de Anna saben que, si estás aquí entre las 20:00 y la medianoche, estás en el lugar y momento exacto donde todo comienza a pasar.
Así que si aún no lo viviste, ya lo sabes: ven, escucha y siente lo que sucede cuando Martín toma el control del sonido. Porque hay noches que se olvidan… y otras que se bailan.